sábado, 19 de diciembre de 2009

Resumen Cumbre del Clima. Copenhague


NR. Dedicado a mi amigo Vicente M.
Fuente: Vergara. Público

domingo, 29 de noviembre de 2009

Libro


El Atlas Geopolítico 2010
Ed. Akal
(Le Monde Diplomatique en español)

NR. De venta en quioscos

jueves, 26 de noviembre de 2009

Elogio del aburrimiento

El capitalismo prohíbe básicamente dos cosas. Una es el regalo. La otra el aburrimiento.

Cuenta Sor Juana Inés de la Cruz, la gran poetisa, monja y feminista mexicana del siglo XVII, que en una ocasión la abadesa del convento de los Jerónimos, a cuya regla estaba sometida, le prohibió leer y escribir y la mandó castigada a la cocina. Allí entre los fogones Juana Inés estudiaba y escribía con la mente; es decir, pensaba. Del huevo y de la manteca, del membrillo y del azúcar, mientras cortaba y amasaba y freía, sacaba una consideración, una reflexión, un hilo interminable de conjeturas, y esto hasta el punto de llegar a afirmar con desafiante ironía en su conocida carta a sor Filotea: “Si Aristóteles hubiera cocinado, habría pensado más y mejor”.

Si a Juana Inés, en lugar de a la cocina, la hubiesen mandado a Disneylandia, donde se hubiese aburrido menos, quizás habría dejado de leer, estudiar y pensar sin ninguna prohibición.

Contaba Rosa Chacel, una de las más grandes novelistas españolas del siglo XX, que en los años cincuenta, mientras redactaba su novela La Sinrazón, tenía la costumbre de pasar horas recostada en un sofá de su salón. La mujer de la limpieza, con la escoba en la mano, le dirigía siempre miradas entre compasivas y reprobatorias: “Si hiciera usted algo, no se aburriría tanto”. Pero es que Rosa Chacel hacía algo: estaba pensando; y hasta cambiar de postura podía distraerla de su introspección o devolverla dolorosamente a la superficie.

Si Rosa Chacel hubiese pasado horas y horas delante de la televisión, y no dentro de sí misma, jamás habría escrito ninguna de sus novelas.

Hay dos formas de impedir pensar a un ser humano: una obligarle a trabajar sin descanso; la otra, obligarle a divertirse sin interrupción. Hace falta estar muy aburrido, es verdad, para ponerse a leer; hace falta estar aburridísimo para ponerse a pensar. ¿Será bueno? ¿Será malo? El aburrimiento es la experiencia del tiempo desnudo, de la duración pastosa en la que se nos enredan las patas, del líquido viscoso en el que flotan los árboles, las casas, la mesa, nuestra silla, nuestra taza de leche. Todos los padres conocemos la angustia de un niño aburrido; todos los que fuimos niños -antes, al menos, de los videojuegos y la televisión- sabemos de la angustia de un niño aburrido pataleando en el ámbar espeso de una tarde que no acaba de morir. No hay nada más trágico que este descubrimiento del tiempo puro, pero quizás tampoco nada más formativo. Decía el poeta Leopardi que “el tedio es la quintaesencia de la sabiduría” y el antropólogo Levi-Strauss, recientemente fallecido, aseguraba haber escrito todos sus libros “contra el tedio mortal”. Uno no olvida jamás los lugares donde se ha aburrido, impresos en la memoria -con grietas y matices- como en el diario de campo de un naturalista. Uno no olvida jamás el ritmo de las cosas, la finitud de los cuerpos, la consistencia real de los cristales, si alguna vez se ha aburrido. “Amo de mi ser las horas oscuras”, decía Rainer María Rilke, porque las oscuras son no sólo la medida de las claras sino la pauta narrativa de unas y de otras. El aburrimiento, sí, es el espinazo de los cuentos, el aura de los descubrimientos, el gancho de toda atención, hacia fuera y hacia dentro.

El capitalismo prohíbe las horas oscuras y para eso tiene que incendiar el mundo. El capitalismo prohíbe el aburrimiento y para eso tiene que impedir al mismo tiempo la soledad y la compañía ¡Ni un solo minuto en la propia cabeza! ¡Ni un solo minuto en el mundo! ¿Dónde entonces? ¿Qué es lo que queda? El mercado; es decir, esa franja mesopotámica abierta entre la mente y las cosas, ancha y ajena, donde la televisión está siempre encendida, donde la música está siempre sonando, donde las luces siempre destellan, donde las vitrinas están siempre llenas, donde los teléfonos celulares están siempre llamando, donde incluso las pausas, las transiciones, las esperas, nos proporcionan siempre una emoción nueva. El capitalismo lo tolera todo, menos el aburrimiento. Tolera el crimen, la mentira, la corrupción, la frivolidad, la crueldad, pero no el tedio. Berlusconi nos hace reír, las decapitaciones en directo son entretenidas, la mafia es emocionante. ¿Cuál era el peor defecto de la URRS, lo que los europeos nunca pudimos perdonarle, lo que nos convenció realmente de su fracaso? Que era un país muy aburrido.

Eso que el filósofo Stiegler ha llamado la “proletarización del tiempo libre”, es decir, la expropiación no sólo de nuestros medios de producción sino también de nuestros instrumentos de placer y conocimiento, representa el mayor negocio del planeta. El sector de los video-juegos, por ejemplo, mueve 1.400 millones de euros en España y 47.000 millones de dólares en todo el mundo; el llamado “ocio digital” más de 177.000 millones de euros; la “industria del entretenimiento” en general -televisión, cine, música, revistas, parques temáticos, internet, etc- suma ya 2 billones de dólares anuales. “Divertir” quiere decir: separar, arrastrar lejos, llevar en otra dirección. Nos divierten. “Distraer” quiere decir: dirigir hacia otra parte, desviar, hacer caer en otro lugar. Nos distraen. “Entretener” quiere decir: mantener ocupado a alguien en un hueco donde no hay nada para que nunca llegue a su destino. Nos entretienen. ¿Qué nos roban? El tiempo mismo, que es lo que da valor a todos los productos, mentales o materiales.

El capitalismo y su industria del entretenimiento construyen todo lo contrario de una cultura del ocio. En griego, ocio se decía “skhole”, de donde viene la palabra “escuela”. El proceso es más bien el inverso, pues la escuela misma -la cocina del pensamiento, el fogón del tiempo, donde Juana Inés y Rosa Chacel horneaban sus obras- ha claudicado a la lógica del entretenimiento. Ahora no se trata de comprender o de conocer sino de conseguir que, en cualquier caso, la escuela y la universidad no sean menos divertidas que la televisión, los vídeo-juegos y Disneylandia. ¿Los alumnos estarán más atentos si los maestros utilizan pizarras electrónicas? ¿Aprenderán mejor inglés en internet con Marina Orlova, la escultural filóloga rusa en minifalda? ¿Sabrán más matemáticas o latín si acuden a la universidad de Bolonia atraídos no por sus programas y profesores sino por las cuatro modelos de cuerpos zigzagueantes contratadas para los carteles publicitarios? Lo que es seguro es que, con esta lógica, que es la del mercado, los profesores llevan todas las de perder: Aristóteles y la física cuántica nunca podrán rivalizar con Shakira y la última play-station.

Según una reciente encuesta, uno de cada veinte niños británicos están convencidos de que Hitler fue un entrenador de fútbol y uno de cada cinco creen que Auschwitz es un Parque Temático. Para muchos de ellos el Holocausto es el nombre de una fiesta.

Quizás deberíamos aburrirnos un poco más.

Santiago Alba Rico.
La Calle del Medio/Rebelión

sábado, 3 de octubre de 2009

Libro


Buena crisis
Hacia un mundo postmaterialista
Jordi Pigem
Icaria libros

Originalmente crisis era el momento crítico en el curso de una enfermedad y se hablaba de buena crisis cuando llevaba a la sanación del paciente.

La crisis económica es solo el síntoma más tangible de una crisis más profunda que se expresa en múltiples ámbitos. Se trata de una crisis sistémica, enraizada en nuestra forma obsoleta de entender el mundo.

Buena crisis muestra dónde estamos y cómo hemos llegado hasta aquí, y y presenta una alternativa realista, inteligente y audaz para guiarnos hacia una sociedad más sana, sabia y ecológica y hacia un mundo más lleno de sentido.

martes, 14 de julio de 2009

Imagen con reflexión breve


"Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena."
Mahatma Gandhi

NR. No tenemos más derecho que nadie pero si hemos tenido mucha más suerte que muchos. No olvidemos nuestra obligación moral de luchar por la justicia social y los derechos básicos de cualquier Ser Humano.

jueves, 2 de julio de 2009

Libro


Del campo al plato
Los circuitos de producción y distribución de alimentos
Xavier Montagut y Esther Vivas
Icaria Editorial

La alimentación no es hoy un derecho garantizado. El creciente monopolio del sector agroalimentario supedita la necesidad de comer al lucro económico. Unas pocas empresas transnacionales controlan cada uno de los tramos de la cadena alimentaria, desde la producción en origen pasando por la transformación hasta la distribución final, consiguiendo enormes beneficios gracias a un modelo agroindustrial liberalizado y desregularizado.

Se trata de un monopolio que les permite ejercer un fuerte control a la hora de determinar qué consumimos, a qué precio, de quién procede, cómo ha sido elaborado, a la vez que cuentan con el apoyo explícito de gobiernos e instituciones internacionales que anteponen los beneficios de estas empresas a las necesidades alimentarias de las personas y el respeto al medio ambiente. Esta concentración empresarial ejerce un impacto muy negativo en todos los actores que participan a lo largo de la cadena: campesinado, transformadores, proveedores, trabajadores, consumidores, etc.

La actual crisis alimentaria pone de relieve esta grave situación. Hoy, la cifra de hambrientos a escala mundial suma 925 millones de personas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 75 más que antes de que empezara la crisis. Paradójicamente, nunca en la historia se habían producido tantos alimentos como ahora. Por lo tanto, el problema no está en la producción de comida, sino en el acceso a la misma, debido a que amplias capas de la población, especialmente en los países del Sur, no pueden pagar los precios establecidos.

Pero no solo la comida se ha convertido en un bien al servicio del mejor postor, los recursos naturales que deben de garantizar la producción de alimentos, como el agua, las semillas, la tierra..., que durante siglos habían pertenecido a las comunidades, han sido expoliados y privatizados. Esto impide el libre acceso de los pueblos a la producción y al consumo de alimentos. El derecho a la alimentación está hoy en manos de las multinacionales de la industria agroalimentaria. Trabajar la tierra, plantar las semillas, acceder al agua, comer alimentos libres de transgénicos y sin pesticidas... no es hoy una opción al alcance de campesinos y consumidores.

En este contexto, es imprescindible reivindicar nuestro derecho a la soberanía alimentaria: que los pueblos puedan decidir sus políticas agrícolas y de alimentación, que puedan proteger y regular la producción y el comercio agrícola interior con el objetivo de conseguir un desarrollo sostenible y garantizar la seguridad alimentaria. Las políticas públicas tienen que promover una agricultura autóctona, sostenible, orgánica, libre de transgénicos y para aquellos productos que no se cultiven en el ámbito local utilizar instrumentos de comercio justo a escala internacional. Un cambio de paradigma en la producción, distribución y consumo de alimentos solo será posible en un marco más amplio de transformación política, económica y social y la creación de alianzas entre campesinos, trabajadores, mujeres, inmigrantes, jóvenes... es una condición indispensable para avanzar en esta dirección.

Con este libro queremos mostrar la cara oculta del sistema agroalimentario mundial, quienes son sus principales actores, las causas que nos han conducido a la situación de crisis alimentaria, el impacto del actual modelo de producción agrícola y consumo y señalar las alternativas planteadas desde distintos movimientos sociales.

Esta publicación cuenta con el testimonio de activistas, campesinos, investigadores y consumidores de todos los continentes, quienes a partir de su análisis y experiencia nos relatan el impacto de las políticas neoliberales en los circuitos de producción y comercialización de alimentos, ya sea en su país o a escala global, así como las luchas que llevan a cabo a favor de la soberanía alimentaria, el comercio justo y el consumo crítico.

Esperamos que este material sea útil para poner al descubierto la lógica de un sistema agroalimentario extremadamente depredador e injusto y que permita analizar las causas de la actual situación de inseguridad y crisis alimentaria. Así mismo, deseamos que este libro inspire y anime a la organización y a la acción política colectiva imprescindible para avanzar avanzar hacia ese “otro mundo posible” que preconizan los movimientos sociales.

Xavier Montagut es presidente de la Xarxa de Consum Solidari y coautor de Alimentos globalizados (Icaria editorial, 2006). Esther Vivas es coordinadora del área de sensibilización de la Xarxa de Consum Solidari y autora de En pie contra la deuda externa (El Viejo Topo, 2008).

martes, 2 de junio de 2009

Libro



"Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo"
Pascual Serrano
Ed. Península

Un recorrido por los principales acontecimientos de los últimos años que nos muestra que lo sucedido no es lo que nos han contando.

La mayoría de los ciudadanos considera que, después de leer la prensa o ver los telediarios, está informada de la actualidad internacional. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser la imagen unívoca ofrecida por los medios. Este libro recorre los principales acontecimientos de los últimos años mostrando —mediante entrevistas con expertos, bibliografía especializada y consulta de medios alternativos— que lo sucedido no es lo que nos han contando.

Pascual Serrano
, con una incisiva mirada, desentraña el funcionamiento de los grandes medios de masas para hacernos comprender que la desinformación es una constante. Lo que creemos que está sucediendo en el mundo es sólo una falsa composición al servicio de unos intereses que van, poco a poco, conformando la opinión pública. La obra, además, propone técnicas y hábitos de lectura para fomentar una nueva actitud, independiente, ante la información y promover así una ciudadanía resistente a la manipulación.

"Este nuevo libro de Pascual Serrano establece de modo definitivo, con un catálogo abrumador de hechos, datos y ejemplos, la prueba del ADN de que los medios desinforman". Ignacio Ramonet


viernes, 22 de mayo de 2009

Libro



Delirios multitudinarios
La manía del tulipán y otros mercados enloquecidos
Charles Mackay
Ed. Icaria

Delirios multitudinarios trata tres momentos de especulación desbocada en Inglaterra, Francia y Holanda entre 1635 y 1720. La posibilidad de comprar baratos bienes que se revalorizaban a velocidades increíbles sedujo a todos: en las tres ocasiones la manía fue tan extendida que alcanzó a la mayoría de la población, de todas las clases sociales. Gran número de individuos alcanzaron de pronto la riqueza, como nunca antes había ocurrido. Y sus fortunas, en la mayor parte de los casos, se evaporaron con la misma rapidez.

La gracia con que lo cuenta Mackay, unida a lo que desde nuestro tiempo parece enorme ingenuidad de los compradores (¿cómo puede alguien creer que un bulbo de tulipán pueda llegar a valer lo que una parcela edificable en el centro de la ciudad?), hace que leamos las tres historias divertidos. Pero los analistas económicos contemporáneos usan estas mismas historias para explicar nuestras actitudes presentes ante los mercados y el dinero.


sábado, 2 de mayo de 2009

Libro


¡En qué mundo vivimos!
Infórmate, piensa y actúa
Arcadi Oliveres
Ed. Icaria

¿Qué sabemos de este mundo? Poca cosa; se nos dice que estamos en la sociedad de la información, pero sabemos que es engañosa, parcial, tendenciosa...

Lo poco que sabemos nos demuestra que va bastante mal...: cuarenta millones de infectados por el virus de sida; setecientos millones de personas que ingresan un dólar al día, mil millones, dos dólares al día, y mil millones más que no ingresan nada porque son niños; cada día mueren de hambre cuarenta mil niños y treinta mil adultos....

¿Por qué va tan mal, cuáles son las razones de la injusticia? Una parte importante de la situación del Tercer Mundo se debe al conjunto de relaciones económicas injustas que mantenemos los países del Norte con los países del Sur y que también repercute internamente en los asalariados de los países ricos.

¿Qué podemos hacer para que mejore? Informarnos, pensar y actuar, pública y privadamente, es decir, presionar a los que tienen el poder, implicarnos, comprometernos.

Arcadi Oliveres es profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. Experto en relaciones Norte-Sur, comercio internacional, deuda externa y economía de defensa, imparte numerosas clases de masters y posgrados en cooperación y desarrollo.

lunes, 27 de abril de 2009

Libro


"El desgobierno de lo público"
Alejandro Nieto
Editorial Ariel

En los inicios del siglo XXI las nuevas tecnologías y la globalización han reducido hasta tal punto el margen de actuación de los gobiernos nacionales que éstos han perdido buena parte de su poder tradicional y de sus objetivos sociales. En estas condiciones el Estado ha sido sustituido por una partitocracia y en último extremo por una oligarquía económico-política.

Lo que ya habían anunciado los pensadores más lúcidos del siglo pasado, hoy se ha hecho realidad. La política se ha convertido en un negocio y los partidos compiten en un mercado inspirado en el lucro personal y apoyado por la corrupción más descarnada. Lo público se ha disuelto en una gestión privada desgobernada en cuanto a los intereses sociales y colectivos pero muy rentable para los gestores. Con la misma claridad y compromiso de siempre, Alejandro Nieto continúa el análisis que lleva realizando desde hace más de veinte años y plasmado en obras tan conocidas como La organización del desgobierno, La nueva organización del desgobierno y El desgobierno judicial.

Nieto no cuestiona la existencia de los partidos ni cae en nostalgias dictatoriales, tan propias de las críticas a la democracia que se hicieron en los años 30 por plumas totalitarias, de derechas o de izquierdas. Para él «una democracia parlamentaria no puede funcionar sin partidos» pero «lo que hoy se discute es el alcance real de la transformación de una democracia verbal en una partitocracia real que ha significado la transferencia del poder estatal a los partidos y la instauración de un Estado de partidos».

Partidos que lanzan al «abordaje del Estado», de un Estado desideologizado donde «el enfriamiento ideológico se pretende compensar con un calentamiento verbal, con la estigmatización del adversario, con el insulto personal, con la declarada intención de convertir las elecciones no en una lucha política, y mucho menos ideológica, sino en un fenómeno catártico que permite la exteriorización de pulsiones agresivas aunque hayan sido artificialmente provocadas… Por donde se descubre el parentesco entre la confrontación electoral y la deportiva que acompaña a los grandes encuentros futbolísticos». De ahí, añado yo, la necesidad del bipartidismo, porque al balón juegan dos y nada más que dos.

Otros comentarios: Patricio Hernández ( Presidente del Foro Ciudadano de la región de Murcia)
http://murciaconfidencial.blogspot.com/2009/04/el-desgobierno-de-lo-publico-patricio.html

miércoles, 22 de abril de 2009

Mentes bien armadas


Líderes políticos, opinadores expertos, opinólogos compulsivos... la crudeza de la crisis -económica, social, ecológica, de valores-, ha dejado sin respuestas a los encargados de pensar por nosotros, lo que nos ha colocado frente a un abismo que va más allá de problemas financieros coyunturales. Cabría preguntarse, por tanto, si la literatura no debería dar un paso al frente y cubrir de algún modo este vacío. Puede que las respuestas a la decadencia social estén en las estanterías. Quizás ha llegado el momento en el que, como antaño, los libros puedan servir de revulsivo político.

Para intentar contestar a estas preguntas es bueno recordar las historias de una gallina (de ficción) y un mono (real) que ofrecieron hace unos años sendas respuestas a dos crisis provocada por los humanos. Primero, vamos con las tribulaciones del ave:

"Una gallina descubrió al fin el modo de resolver los principales problemas de la ciudad de los hombres. Presentó su teoría a los principales sabios, y era indudable: había descubierto el secreto para que todas las personas pudieran vivir bien y tranquilas. Después de escucharla con atención, los siete sabios de la ciudad pidieron una hora para reflexionar sobre las consecuencias del descubrimiento de la gallina. En la reunión, los siete sabios decidieron, por unanimidad y antes de que fuese demasiado tarde, comerse a la gallina".

La gallina sin huevos

 Esta narración del escritor portugués Gonzalo Tavares sobre las peripecias de una gallina, incluida en su libro de relatos El señor Bretch (Mondadori, 2007), le sirve al ensayista y poeta Jorge Riechmann para abrir La habitación de Pascal (Catarata, 2009), ensayo recién publicado sobre las políticas de autocontención en la era de la crisis ecológica global.

"El ensayo político parece resurgir con fuerza tras su ostracismo pasado"

"La gallina pensaba tanto, y era tan culta, que tuvo una obstrucción interior y dejó de poner huevos. La mataron al día siguiente", escribe Tavares en otro momento. Según el escritor portugués, su libro "trata sobre un hombre que cuenta historias, algunas de ellas muy políticas. Cuando entra en una sala vacía empieza a contar una historia y, poco a poco, la sala se va llenando. Al final es tal su éxito, tantas las personas que acuden a escucharlo, que le obstruyen la puerta de salida".

¿Ha llegado el momento de que los escritores cuenten historias políticas a una masa deseosa de escuchar relatos alternativos a las múltiples crisis? ¿O es mejor mirar hacia otro lado mientras nuestros sabios líderes se comen la gallina con patatas?

Todas las opciones son posibles, según cuenta Riechmann. "Es posible, claro, que no deseemos de verdad ser felices. Se seguirán entonces otras vías: asesinaremos a la gallina. O nos aplicaremos a devastar la vulnerable belleza esteparia de Los Monegros con el propósito de construir insostenibles macrocasinos y campos de golf en medio del desierto... Pero, que no cuenten conmigo para eso. Esconderé y protegeré a la gallina sabia mientras me resulte posible", añade. Riechmann, por tanto, lo tiene claro. Y no es el único.

Vuelve el ensayo

"Los libros son fundamentales y más en una época así", opina José Pons Bertran, de la editorial Melusina, que apuesta por la urgencia del ensayo en tiempos de crisis de valores. "El problema de las novelas es que tardan mucho más tiempo en escribirse, uno, dos, tres años. Los ensayos son más veloces, sí responden a la actualidad", explica.

No obstante, Luis Solano, editor de Libros del Asteroide, cree que el poder de la literatura es limitado cuando vienen mal dadas: "Quién sabe si la literatura tiene menos valor en estas circunstancias. La literatura ayuda a comprender mejor la realidad, sí. Ofrece diferentes maneras de ver el mundo, vale. Pero quizás ahora hay necesidades más urgentes que cubrir que las, llamémoslas, espirituales. Las personas que más van a sufrir los rigores de la crisis son, al fin y al cabo, las que menos leen. La gente que verdaderamente lo pasa mal no tiene ni tiempo ni dinero, ni para ir al cine ni para ponerse a leer", dice.

"La literatura y el mero entretenimiento son conceptos antitéticos" dice Herralde

Al contrario, Pons Bertran cree firmemente en la validez de ciertos textos cuando las cosas se ponen feas: "El ensayo político que, tras la efervescencia de los años setenta y principios de los ochenta, propulsada por editoriales como Anagrama y Tusquets, se convirtió en el huerfanito de la literatura, en un género marginado dentro del mundo editorial, está resurgiendo con fuerza", dice.

Precisamente, Jorge Herralde, editor de Anagrama, cree que, pese a que "parecen muy lejanos aquellos tiempos ingenuamente esperanzados en los que se afirmaba que la poesía era "un arma cargada de futuro", la verdadera literatura y el mero entretenimiento (pasar el rato) son conceptos antitéticos. Y, sin duda, esta época de crisis deparará muchas sorpresas".

Preguntado por si la editorial Anagrama está notando el aumento del interés por el ensayo político, Herralde comenta que es posible que "el ensayo que mejor se ha vendido recientemente sea Tratado de ateología de Michel Onfray, una crítica implacable, exacta y desde luego política", explica antes de desarrollar una interesante teoría sobre el éxito en España de un libro que aboga por un nuevo ateísmo, por una, en palabras del propio Onfray, "descristianización radical de nuestra sociedad". "En nuestro país -explica Herralde- el papel político de la jerarquía eclesiástica y sus muchas derivaciones, ha sido devastador desde hace siglos. Y lo sigue siendo, desde el nacionalcatolicismo franquista hasta, ahora mismo, con Rouco Varela. Posiblemente, para el ciudadano que precisa certezas, una de las pocas disponibles sea el anticlericalismo", cuenta.

Lecturas revulsivas

 Cuestionado sobre los libros que recomendaría para salir del estado catatónico, Solano apuesta por Los vagabundos de la cosecha (Libros del asteroide, 2007), de Steinbeck. "Son las crónicas que sirvieron de base a Las uvas de la ira. Muestra toda la crudeza de los desplazados durante la Gran Depresión. Las condiciones eran durísimas. Ahora la cosa está mal, sí, pero no es comparable. Esto no es todavía la II Guerra Mundial", dice.

Herralde también barre para casa y recomienda, "sin duda alguna", la lectura de Crematorio (Anagrama, 2007) de Rafael Chirbes, "que reúne exigencia literaria y una mirada crítica que desde luego ilumina (con un foco potentísimo) las pésimas prácticas de la corrupción inmobiliaria reciente como realidad y como símbolo extremo". Además, incluye en su lista "las novelas de Belén Gopegui", como El padre de Blancanieves (2007) o La conquista del aire (1998).

Por su parte, Solano cree que los clásicos también nos pueden ofrecer pistas: "Además de la lectura de Séneca, recomiendo Los hermanos Karamázov, de Dostoievski. Muestra a la naturaleza humana en todo tipo de situaciones críticas, ya sean familiares, sociales, etc".

Por último, Herralde alerta sobre la próxima publicación del ensayo de Vicente Verdú El capitalismo funeral. La crisis y la Tercera Guerra Mundial. "No tiene vocación de panfleto, ni de quedarse en el área económica, sino que es una indagación muy certera sobre la implosión del sistema (y de paso, de la desfachatez e ignorancia de los expertos y responsables de todo pelaje)", explica.

Precisamente, en esa ignorancia parece estar una de las claves de una de la crisis actual, la económica. Por ello, es hora de rememorar la prometida historia del mono para entender la verdadera importancia de los libros en tiempos de crisis.

El extraño caso del mono que jugaba en bolsa

Hace unos años se realizó en EEUU un extraño experimento para comprobar la fiabilidad de los analistas de Wall Street. Un mono debía lanzar dardos sobre las páginas de valores del rotativo The Wall Street Journal. Los valores señalados al azar por el mico sirvieron para crear una lista con futuras inversiones en bolsa que resultó ser, ay, un 85% más lucrativa que las propuestas por los fondos punteros de inversión de Wall Street. Alucinante, ¿no?

¿Significa esto que nos iría todo mejor si dejáramos nuestros destinos en manos de macacos? ¿Qué clase de broma es esta? ¿En manos de quién estamos? Se buscan respuestas urgentes a la crisis; ahí es donde entran los escritores y los libros. Objetivo: combatir la perplejidad que provocan historias como las del monito que sabía más de bolsa que George Soros.

La hora de las preguntas

En efecto, casi todos los consultados en este reportaje repiten la palabra "perplejidad" para explicar lo que está pasando. "El ciudadano está perplejo, no acabamos de recibir la información correcta a través de los medios de comunicación, más preocupados por reflejar la coyuntura instantánea que por la reflexión pausada. La gente busca respuestas, y las respuestas están en la no ficción, en los ensayos sobre economía o política, incluso en la poesía, antes de que en la novela", dice Solano. "La perplejidad y la indignación impregnan e impreganarán no pocos textos", dice Herralde.

"El ciudadano está perplejo, no acabamos de recibir la información correcta"


Por su parte, Carlos Taibo, profesor de ciencia política en la Universidad Autónoma de Madrid, que acaba de publicar En defensa del decrecimiento (Los libros de la catarata, 2009), un ensayo de tinte ecológico sobre las "otras crisis" que han quedado tapadas por la financiera, apunta un efecto saludable de la crisis capitalista: "Permitir que una parte de la población empiece a hacerse preguntas directas y crudas en lo que respecta a las limitaciones -al sinsentido, por decirlo mejor- de las respuestas oficiales a esta crisis", cuenta.

"Si el edificio se hunde, tratamos de averiguar por qué es así: estaba el error en los planos, se calcularon mal estructuras, el constructor escatimó o adulteró los materiales, los inquilinos introdujeron más peso del conveniente? Si la crisis ecológica-social que hemos causado, y que seguimos agravando con celo digno de mejor causa, se lleva por delante nuestra civilización, tratemos al menos de conservar la lucidez", escribe Riechmann en La habitación de Pascal. Lucidez para, por ejemplo, proponer alternativas. "La obra remata con algunas conclusiones que quieren rescatar el sentido de fondo de la crisis en que estamos inmersos y, con él, la necesidad imperiosa de buscar horizontes distintos a los que a estas alturas propone -es una forma de hablar- el capitalismo", escribe Taibo sobre En defensa del decrecimiento.

Sin respuestas mágicas

 Eso sí, Taibo matiza que quiere "evitar caer en las tentaciones del optimismo beato, las consignas ingenuas o las respuestas mágicas". Un paso más allá va el periodista Antonio Baños, autor de La economía no existe (Libros del lince, 2009), un "libelo contra la econocracia" que trata de demostrar que la económica es en realidad una rama del esoterismo disfrazada de ecuación compleja. ¿Las causas del disfraz? Que no entendamos una sola palabra de lo que nos cuentan los gurús económicos.

Pese a todo, Baños no se ve en la obligación de dar respuestas porque, según explica, "cuando alguien acude a la policía para denunciar que le han robado, los agentes no obligan al ciudadano a capturar al ladrón. Si alguien se queja de que le han vendido un yogur en mal estado, no le azuzan para que monte él una fábrica de yogures. Sin embargo, las críticas al sistema económico topan invariablemente con una respuestas en forma de pregunta: ¿Y tú qué harías? ¿Por qué no propones algo mejor?"

En efecto, la estrategia de Baños pasa por la demolición: "Con sus razonamientos lógicos, sus cifras contrastadas y sus explicaciones plausibles, la economía intenta exponer un mundo coherente donde causa y efecto se suceden y todo tiene una explicación razonable". Pero, llegados a un punto donde da la impresión de que nos iría mejor si pusiéramos a un mono al frente del cotarro, Baños opta por la "intención contraria. Crear vacíos donde ya hay explicaciones. Generar preguntas para aquellos cuyo oficio es ofrecer diariamente respuestas. Sembrar la inquietud y la duda. El temor y el cabreo. Ahora se trata de que nos situemos un paso más allá. Justo al otro lado de la línea donde acaba la economía. Sólo queda una posibilidad: buscar la visión que se obtiene cuando uno cierra los ojos al espectáculo de la economía".

La imaginación al poder

 No obstante, a fin de que dejemos de confundir los bonos basura con las bolsas de la basura y de que, a fin de cuentas, nos dejen de tomar el pelo, Juan Torres López, catedrático de economía de la Universidad de Málaga, aporta respuestas sencillas a preguntas complejas en La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla (Attac, 2009), un manual divulgativo cuyo objeto es "denunciar sin descanso lo que está ocurriendo y ofrecer a la sociedad alternativas que se puedan tocar con la mano".

"Lo bueno de la crisis es que nos hemos empezado a hacer preguntas crudas"

Desde luego, no será por falta de difusión: el libro de Torres López, que se vende a dos euros, se puede descargar gratuitamente por Internet gracias a una licencia copyleft. Nadie podra acusar a Torres López, por tanto, de no ofrecer respuestas originales a la dictadura del mercado. ¡La imaginación al poder!

Pero, ojo, parte de las respuestas más imaginativas a la crisis no tienen nada que ver con los índices bursátiles. En ese campo es inevitable recomendar la lectura de Cineclub (Reservoir Books, 2009), la historia de un escritor canadiense, David Gilmour, que permitió a su hijo adolescente, "alérgico a la escuela", dejar de ir al colegio a cambio de ver tres películas a la semana. "Durante el primer año con Jesse en casa, sin ir al instituto, me preocupé mucho", explicó Gilmour a Público. A las cuatro de la madrugada me daban taquicardias, pero yo creía que los niños felices acaban siendo niños felices y que los desgraciados, aunque se doctoren, siguen infelices. Pensé que si era capaz de dar a mi hijo una serie de lecciones felices, la vida ya se ocuparía del resto". ¡Y tenía razón!

Así, Gilmour resume con su experimento lo que parecen decirnos los mejores libros contra la crisis. Es hora de echarse al monte, arriesgar y proteger a la gallina.

Fuente: Público

jueves, 16 de abril de 2009

Libro


Agua, un derecho y no una mercancía
Propuestas de la sociedad civil para un modelo público del agua
Jaume Delclòs (coord.)
Edit. Icaria

Los procesos de mercantilización y privatización del agua, impulsados por las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) al servicio de la grandes empresas transnacionales, están provocando que más de una sexta parte de la población mundial no tenga acceso al agua en cantidad y calidad suficiente. Frente a esta situación, los movimientos sociales del agua en el mundo han trabajado en la construcción de propuestas sociales, medioambientales y económicas alternativas y justas para los ciudadanos y pueblos del mundo; y han declarado el agua como un derecho de las personas y los ecosistemas, que debe ser gestionado exclusivamente desde la esfera pública y con criterios de equidad social.

En la primera parte de este libro se analizan las grandes políticas de agua promovidas por IFIs (Banco Mundial), agencias de donantes (Unión Europea) y organizaciones multilaterales (Organización Mundial del Comercio). En la segunda parte se presenta la respuesta de la sociedad civil a las consecuencias de estas políticas en la vulneración de los derechos sociales básicos, como el acceso al agua. Se presentan casos de lucha ante las políticas imperantes y la construcción de alternativas desde los movimientos sociales que defienden el agua como un bien común y que debe ser gestionado desde el sector público con participación y control social.

jueves, 9 de abril de 2009

Libro


En defensa del decrecimiento
Sobre capitalismo, crisis y barbarie
Carlos Taibo
Ed. Los Libros de la Catarata

La crisis en curso apenas ha suscitado otras reflexiones que las que se interesan por su dimensión financiera. De resultas, han quedado en segundo plano fenómenos tan delicados como el cambio climático, el encarecimiento inevitable de los precios de las materias primas energéticas que empleamos, la sobrepoblación y la ampliación de la huella ecológica. En este libro se intenta rescatar esas otras crisis, y hacerlo con la voluntad expresa de identificar dos horizontes de corte muy diferente.
Si el primero lo aporta un proyecto específico, el del decrecimiento, que cada vez es más urgente sea asumido como propio por los movimientos de resistencia y emancipación en el Norte opulento, el segundo lo proporciona un grave riesgo de que, en un escenario tan delicado como el del presente, gane terreno un darwinismo social militarizado que recuerde poderosamente a lo que los nazis alemanes hicieron ochenta años atrás. En la trastienda se aprecia, de cualquier modo, la necesidad imperiosa de contestar el capitalismo en su doble dimensión de explotación e injusticia, por un lado, y de agresiones contra el medio natural, por el otro.

Carlos Taibo es profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Entre sus últimos libros cabe mencionar Rapiña global (Punto de lectura, Madrid, 2006), Sobre política, mercado y convivencia (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2006; en colaboración con José Luis Sampedro), el volumen colectivo Voces contra la globalización (Crítica, Barcelona, 2008; en colaboración con Carlos Estévez), 150 preguntas sobre el nuevo desorden (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2008) y Neoliberales, neoconservadores, aznarianos. Ensayos sobre el pensamiento de la derecha lenguaraz (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2008).


domingo, 5 de abril de 2009

Exposición Humor Gráfico "Inmigración y enriquecimiento mutuo"



Exposición Humor Gráfico "Inmigración y enriquecimiento mutuo"
Santomera 2009
Desde el 3 al 30 de abril
Claustro de Casagrande. Santomera (Murcia)

“En la variedad está el gusto”, reza el dicho popular, “y la riqueza”, añadiríamos nosotros. La inmigración se nos presenta como una oportunidad histórica para que tanto los inmigrantes como la sociedad de acogida salgan enriquecidos, para ello es necesario que compartamos lo que de valioso y común tenemos y respetemos las singularidades de cada uno. Con la presente exposición se pretende arrojar, a través del humor y la ironía, un poco de luz a este proceso.
Más de 190 obras de 120 autores nacionales e internacionales

Más información en: http://humor-grafico-santomera.blogspot.com/




martes, 31 de marzo de 2009

Libro



"La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla"
Juan Torres López
Edición: Attac España

"La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla" es un libro con fines divulgativos escrito por Juan Torres López en colaboración con Alberto Garzón Espinosa, y que incluye prólogo de Pascual Serrano.

El libro trata de divulgar de la forma más sencilla y resumida posible lo que está pasando en la economía mundial, y su intención es dotar de herramientas útiles a aquellas personas que estén interesadas en poder entender y explicar la crisis actual. Está editado por ATTAC-España, y se distribuye gratuitamente en formato .pdf aquí.

Se pide colaboración a la hora de divulgarlo, ya que sin duda los medios tradicionales no se harán eco de ello.

También puedes solicitar ejemplares en papel escribiendo a \n altereconomia@altereconomia.orgEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesitas tener Javascript activado para poder verla e indicando los datos personales o de la organización, la dirección postal y el número de ejemplares que se solicitan. Este servicio sólo será válido para España. El envío se efecturará contra-reembolso.

El precio para la versión de papel será de 2 Euros la unidad, y de 1'5 Euros la unidad si el pedido de ejemplares es superior a las 50 unidades. No incluye los gastos del envío contra reembolso.

martes, 3 de marzo de 2009

Imagen comentada


Portada del suplemento dominical de El País

¿Solo hombres en paro?
Juan Torres López. Rebelión

La imagen superior es la portada del suplemento dominical de El País, cuyo tema central se dedica al desempleo. El título ("En paro") dice claramente lo que analiza y la foto el prejuicio con que lo hace.

En ella aparecen cuatro hombres cuando la realidad es que los últimos datos de la Encuesta de Población Activa indican que en España hay 1,688 millones de hombres desempleados (con una tasa de paro del 12,96%) y 1,519 millones de mujeres (con una tasa del paro del 15,14% mayor, por tanto, que la masculina).

Es decir, aunque prácticamente la mitad de los parados son mujeres, en la foto se transmite explícitamente la idea de que solo son hombres los que están "en paro".
La explicación de esa distorsión me parece que es evidente: el paro que preocupa es el de los hombres porque todavía predomina la idea de que su empleo es el importante mientras que el de las mujeres se concibe como algo secundario y accesorio al masculino.

Si los hombres están paro es un problema del que se preocupan los medios. Si son las mujeres las paradas no pasa nada: se van a su casa, que es su sitio, a lavarle los calcetines y plancharle las camisas al marido y así ahorran en servicio doméstico.

A través de imágenes como esta de El País, es como los medios de comunicación coadyuvan a fomentar estos prejuicios y la desigualdad y la discriminación entre hombres y mujeres.

Y a pesar de eso, como subrayo siempre, todavía hay que gente que piensa que las mujeres ya tienen las mismas oportunidades laborales que los hombres y que las políticas de acción positiva a su favor ya no son necesarias.

miércoles, 11 de febrero de 2009

miércoles, 4 de febrero de 2009

Imagen


Vuelta a la escuela en Gaza
Tarjetas con el nombre de los niños
asesinados por el ejército israelí.

Fuente: Rebelión


lunes, 2 de febrero de 2009

Libro

"Mejor con menos"
Necesidades, explosión consumista y crisis ecológica

Joaquim Sempere
Colección Noema



El consumo masivo propio del capitalismo arrastra, con su enorme poder de seducción, a cientos de millones de nuevos adeptos en los países emergentes, mientras otros miles de millones quedan marginados del festín consumista en un mundo de desigualdades escandalosas. Esta situación, que propicia el tremendo impacto de la huella ecológica humana, amenaza con llevarnos a todos al colapso o a graves regresiones de la vida civilizada.

¿Es posible detener esa peligrosa deriva? ¿Es posible un mundo con equidad y ecológicamente sostenible? En este libro, el profesor Joaquim Sempere nos muestra cómo podemos simplificar y racionalizar el metabolismo social, reducir la huella ecológica de los países ricos y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de esa mayoría de la humanidad que sufre una escasez insoportable y vergonzosa. En efecto, pese a la religión del despilfarro, es mejor vivir con menos.

viernes, 23 de enero de 2009

Libro



Amartya Sen y Bernardo Kliksberg
Editorial Planeta, Buenos Aires, 2008

Las causas


Lo que pasó no tiene explicación en los textos de economía tradicional. Como lo señala el Premio Nobel de Economía Robert Stiglitz, el fundamentalismo de mercado ha muerto definitivamente como paradigma para explicar la realidad y para actuar sobre ella. No ha muerto desde el punto de vista de los intereses que lo defienden, pero sí en su validez explicativa.

Entre las causas centrales de la crisis se halla en primer lugar la desregulación salvaje de los mercados. La política pública dejó de proteger los intereses colectivos, desde el descenso del control en las patentes de medicamentos hasta desregular totalmente el mercado parafinanciero en Wall Street. Se alegó que era lo mejor que se podía hacer por la economía, para que las fuerzas del mercado actúen a plenitud total. Que había que suprimir los "estorbos" con que se trata de "interferir" el libre juego del mercado. El experimento ya se había hecho en la Argentina, en otra escala, pero en la misma dirección. Desestructuró la economía.

Segundo, se creó una situación de incentivos perversos, donde los actores principales de economías muy concentradas podían hacer lo que quisieran, ya que no había nadie que los regulara ni controlara.......

Los jefes

En tercer lugar, detrás de la crisis estuvo la conducta de los CEO de muchas de las grandes entidades del mundo parafinanciero norteamericano. El diario El País de España dice que actuaban como los "brahamanes" de la sociedad sin límites. Cuando el comité respectivo del Congreso de los Estados Unidos entrevistó al presidente de Lehman Brothers, su presidente Henry Waksman le preguntó cómo explicaba que habiendo llevado a la quiebra a una empresa de 168 años había cobrado en los últimos ocho años 500 millones de dólares y además se había cubierto en su contrato con una cláusula por la que si lo despedían debían pagarle más de 60 millones de dólares. "¡Esto no es juego limpio!", le resaltó. El premio Pulitzer de periodismo Nicholas Kristoff escribió un artículo en el The New York Times sobre el caso titulado "17.000 dólares por hora. Trabajo se ofrece. No se necesita ser exitoso". Ese era el ingreso de este CEO y de otros de sus colegas versus el sueldo mínimo de millones de trabajadores norteamericanos de 8,25 dólares por hora. Una distancia de 2000 a 1......


Las ideas

Una cuarta causal de la crisis fue netamente ideológica. La legitimación de la desregulación a ultranza desde el fundamentalismo de mercado. El Congreso interpeló a uno de los iconos de esas posturas, Alan Greenspan, durante 19 años presidente de la Reserva Federal. Le preguntó cómo explicaba la crisis. Con toda honestidad, respondió: "Estoy en estado de shock, de estupor. Creía que en un sistema de libre mercado las empresas iban a defender los intereses de sus inversores y accionistas, y eso no ocurrió". El diario The Los Angeles Times llamó a su actitud "el mea culpa de Greenspan" y comentó: "Los bancos no son edificios, son personas, las decisiones para comprar y vender billones de dólares de activos dudosos no fueron tomadas por bancos, sino por personas que trabajaban en ellos que buscaron su máximo provecho personal. No ver eso ha sido posible por ceguera ideológica". Greenspan ejemplarmente hizo el mea culpa, pero en la Argentina no hay signos de autocríticas semejantes, por parte de algunos de sus entusiastas discípulos.

Todas estas causas y otras llevaron a que el mundo esté registrando la mayor crisis económica de los últimos 80 años. Los vacíos éticos en las políticas públicas, en la conducta de actores centrales del mercado y la ceguera ideológica causaron lo que causaron....


El panorama

El año 2009 va a ser complicado para América latina. Cuenta a su favor con las buenas tasas de crecimiento de los últimos 5 años. Cuantos más bienes, mejor. También –y ello es muy importante– con el activo proceso democratizador en curso y la nueva generación de políticas públicas inclusivas, emprendidas vigorosamente por nuevos gobiernos de la región surgidos del impulso democratizador.

Pero los desafíos existentes son de gran magnitud. A fines del 2007 había 190 millones de pobres. Una mejora porcentual respecto de años anteriores, pero un 39 por ciento más en términos absolutos que en 1980, cuando eran 137 millones. Más de uno de cada tres latinoamericanos era pobre, 23.000 madres fallecían anualmente durante el embarazo o el parto por causas imputables a la pobreza y la falta de cobertura, 15 veces la tasa del Canadá. Treinta de cada 1000 niños morían antes de los 5 años por pobreza, frente a 3 en los países nórdicos. Uno de cada 4 jóvenes estaba fuera del sistema educativo y del mercado de trabajo.....


Las tareas

Frente a la crisis, América latina debería reforzar su compromiso con lo social y no reducirlo o ser indiferente frente a los considerables impactos sociales que está produciendo.

Las políticas públicas deben asumir plenamente sus responsabilidades. Así proyectan hacerlo en Estados Unidos de acuerdo con los anuncios de su presidente electo. Obama ha subrayado, entre otros aspectos, que una de las causas de la crisis fue el deterioro severo de la equidad. Indicó que cuando mejor funcionó la productividad en Estados Unidos fue cuando los trabajadores tenían una participación mayor en los ingresos y que ella se vio seriamente afectada en los últimos años.

Se requieren amplias concertaciones sociales entre esa política pública revigorizada, responsabilidad social de la empresa privada y movilización solidaria de la sociedad civil.






miércoles, 14 de enero de 2009

Imagen


Fotografía: Saul Loeb
Fuente: Público

Nota de la redacción:
Neoliberalismo salvaje, Afganistán, Iraq, Guantánamo, recorte de derechos civiles y un largo negro etc....
Desde aquí nuestro desprecio y repulsa ( a él y a su "equipo de gobierno y asesores")
Hasta nunca a una de las peores calamidades de la historia reciente de la Humanidad.

viernes, 2 de enero de 2009

Libro


Economía para un planeta abarrotado

Título original: Common Wealth: Economics for a Crowded Planet

Autor: Jeffrey Sachs

Editorial: Debate. Random House Mondadori

Año de publicación: 2008


Este es un libro surgido del compromiso de un autor, Jeffrey Sachs, que ha colaborado en el más alto nivel como economista en instituciones como Naciones Unidas, en el Proyecto del Milenio de la ONU. Un experto en macroeconomía que ha destilado sus reflexiones con un punto de ética que le ha permitido plantear una obra comprometida y llena de datos para facilitar la acción. Como él mismo reconoce, “la nuestra es la generación que puede lidiar con el acertijo de combinar el bienestar económico con la sostenibilidad medioambiental y resolverlo. La nuestra es la generación que puede aprovechar la ciencia y una nueva ética de la cooperación global para legar un planeta saludable a las generaciones futuras”.


Es cierto que los datos que se arremolinan en este tratado comparten un optimismo que a veces puede resultar utópico, pero en cualquier caso necesario. Porque, como expresó Robert Kennedy, “son los incontables actos de valor y de fe los que forjan la historia de la humanidad. Cada vez que un hombre se levanta para salir en defensa de una idea, o hace algo a favor del bienestar de los demás o actúa contra la injusticia, emite algo así como una pequeñísima vibración de esperanza, y todas estas vibraciones juntas, procedentes de millones de puntos distintos, nacidas de la energía y la bravura, se combinan para formar una corriente capaz de derribar la más gruesa de las murallas de la opresión y la resistencia”.


El libro en sí mismo se estructura en cinco partes, que abordan los retos de una nueva economía para el siglo XXI, la sostenibilidad ambiental, el reto demográfico, la prosperidad para todos y la resolución de global de los problemas. Los que piensan que el mundo ha llegado a los límites del crecimiento, quizás encuentren en esta obra un tono demasiado esperanzador para una sociedad que se resiste en su adicción por el consumo. Pero no es menos cierto que el autor se ha ilustrado para describir estos límites desde la lucidez de un análisis diáfano, una síntesis y un resumen de recomendaciones prácticas fundamentales para el futuro de la humanidad, como reconoce en el prólogo el biólogo Edward Wilson. Sucede a menudo que resumir o, mejor, animar a la lectura de un libro, requiere de una argumentación más sólida que convincente. Sin embargo, en esta ocasión creemos que el prólogo es en si mismo el mejor alegato que se puede escribir para incentivar su lectura. Por este motivo hemos seleccionado algunos de sus párrafos, ya que en sí mismos son también el mejor reconocimiento a la obra de Sachs.


Economía para un planeta abarrotado insta a los responsables de los 6.600 millones de habitantes de la Tierra a que miren las cifras. El mundo se ha transformado radicalmente en las últimas décadas, y todavía va a cambiar más y cada vez más rápido. Pese a todo lo que hemos conseguido mediante la ciencia y la tecnología (en realidad, a causa de ello), nos estamos quedando sin margen. Ha llegado el momento de comprender con precisión lo que está sucediendo. Las evidencias son rotundas: tenemos que diseñar de nuevo nuestra política social y económica antes de que destrocemos este planeta. Está en juego la única oportunidad que le queda a la humanidad de alcanzar un futuro definitivamente resplandeciente.


Como muestra con aleccionadora claridad la ingente cantidad de datos reunidos en Economía para un planeta abarrotado, hemos llegado a un punto en que resulta imperioso actuar. La humanidad ha consumido o transformado lo bastante los recursos irreemplazables de la Tierra para estar mejor que nunca. Somos lo bastante inteligentes y, confiaría uno, estamos ahora lo bastante bien informados para llegar a comprendernos a nosotros mismos como especie unificada. Si escogemos la senda del desarrollo sostenible, podemos asegurar nuestro progreso material al tiempo que evitaremos catástrofes que parecen ser cada vez más inminentes.


Así pues, observen las cifras de Economía para un planeta abarrotado, por favor. Extrapólenlas un poco. Todavía podemos enderezar el rumbo, pero no nos queda mucho tiempo para hacerlo. Nos comportaremos con la debida sensatez si nos vemos como una única especie y diseñamos estrategias más realistas y pragmáticas para abordar todos los problemas en su conjunto.


Creo que se prestará un buen servicio a la ciudadanía nacional y mundial si toda persona educada domina los gráficos de Economía para un planeta abarrotado y lee lo que Jeffrey Sachs tiene que decirnos acerca de cómo interpretar y aplicar la información que contienen. La aparición de este libro debería entenderse, además, como un poderoso argumento a favor de que en las escuelas se enseñe más ciencia y estadística. El tema es básico y universal. Trasciende todas nuestras diferencias religiosas y de ideología política.


Economía para un planeta abarrotado es un análisis que valora que “las condiciones ecológicas no van a mejorar, sino que empeorarán debido al rápido crecimiento económico en curso en la mayor parte del mundo; a menos que dicho crecimiento se encauce mediante políticas públicas activas hacia tecnologías que ahorren recursos (o sean sostenibles). La transición de unas tasas de fertilidad (natalidad) altas hacia otras más bajas, imprescindibles para reducir el crecimiento demográfico, exige acciones públicas concertadas que contribuyan a incentivar las decisiones personales y voluntarias en materia de fertilidad. Las fuerzas del mercado por sí solo no eliminarán las trampas de la pobreza. Y la incapacidad a la hora de resolver los problemas globales significa que estamos fracasando en la adopción de unas soluciones sencillas y sensatas que tenemos ante nuestros ojos”.


Dejemos, pues, que estos párrafos elocuentes sean la mejor síntesis de una obra que no decepciona, porque “la prosperidad global no tiene por qué verse limitada por unos recursos naturales menguantes; la economía mundial no tiene por qué convertirse en una lucha por la supervivencia entre nosotros y ellos. Si cooperamos con eficacia, estas nefastas amenazas pueden conjurarse”. Pero también está claro que para ser resolutivos en los retos que nos acechan hay que estar informados. Economía para un planeta abarrotado aporta esta información estructurada de forma lúcida e incluso asequible para quien no está familiarizado en los temas económicos. Porque, al fin y al cabo, éste es un libro para asumir el reto de un planeta que ha superado ya los límites ecológicos y que requiere de un estilo de vida basado en la simplicidad y adecuado a la biocapacidad planetaria y, para ello, debemos reducir el consumo y la demografía. De manera que, como expresó John Kennedy, “no nos ceguemos con nuestras diferencias, concentremos la atención por el contrario en nuestros intereses comunes y en los medios a través de los cuales se pueden resolver dichas diferencias”.


En cualquier caso, si bien uno puede ser crítico con algunas de las visiones de Sachs, éste nos señala con sensatez los medios para afrontar la crisis socioeconómica del siglo XXI. Por tanto, una lectura de gran valor para cambiar el rumbo colectivo hacia el abismo de la insensatez insostenible actual.