Nada está perdido
Un sistema monetario y financiero alternativo y sano
Susana Martín Belmonte
Icaria Editorial
Si el mundo está en manos del poder financiero, entonces la democracia
es papel mojado. La dominación hoy va acompañada de la excusa de
salvarnos de la quiebra. Ante una teoría económica cómplice del
desfalco, este libro se convertirá en una herramienta esencial para
entender el mundo actual y las ideas necesarias para transformarlo. A
través de una explicación asequible, la autora desentraña las
complejidades de la economía y denuncia los falsos principios que, bajo
la apariencia de requisitos técnicos por el buen funcionamiento del
sistema económico, son en realidad doctrinas opresoras para que las
personas autolimiten sus exigencias y expectativas.
Este libro de
economía para todos los públicos muestra el papel que juegan el dinero y
el crédito en el sistema productivo y el mercado, al tiempo que
desvela cómo el dinero digital, el abandono del patrón oro e internet
han transformado las bases de los modelos teóricos actuales y los han
dejado obsoletos. Como una radiografía del sistema económico donde se ve
el esqueleto del poder, este texto ofrece una visión esperanzadora del
futuro, planteando que el poder del dinero pertenece a la gente. Con el
concepto de soberanía financiera ciudadana, formula los derechos de las
personas como usuarias de una moneda y participantes en un sistema
económico. Y nos revela que el sistema monetario y financiero actual ya
no es la única opción posible.
ECONOMÍA SOLIDARIA
El término economía
solidaria designa la subordinación de la economía a su finalidad:
proveer, de manera sostenible, las bases materiales para el desarrollo
personal, social y ambiental del ser humano. El valor central de la
economía solidaria es el trabajo humano. La referencia de la economía
solidaria es cada sujeto y, a la vez, toda la sociedad concebida
también como sujeto. Por tanto, la eficiencia económica no se delimita
por los beneficios materiales de una iniciativa, sino que se define en
función de la cualidad de vida y de la felicidad de sus miembros y, al
mismo tiempo, de toda la sociedad como sistema global. La economía
solidaria, como una nueva forma de producir, de consumir y de
distribuir, se propone como alternativa viable y sostenible para la
satisfacción de las necesidades individuales y colectivas.
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